El segundo héroe del networking a recordar es más conocido, o bueno, al menos lo era: El gran Quino, quien a través de Miguelito, el amigo de Mafalda, fue quien predijo la necesidad de usar LinkedIn (LI).
Es sencillo, no contaré la historia de Quino o la de Mafalda, o la de Miguelito, sólo se sabe que éste es el personaje más soñador del grupo de la genial niña rebelde.
Y bueno, no voy a traerles la reseña de cómo es, o cómo era, o de qué pudo suceder con él, sino una escena de revelación (quizá de muchas que tuvo), en cuando, supongo, un buen día Miguelito se asoma con las personas para verlas reaccionar, para ver si lo llegan a percibir en su pequeña presencia... pero sin éxito, no, no saben de él, ni sabrán su condición: La Condición de Miguelito.
Y no quiero explicar el chiste, pero ahí lo dice claramente... "es inútil, nadie se da cuenta ESPONTANEAMENTE, que soy un buen chico".
No hay manera que nadie sepa espontáneamente que somos buenos chicos o buenas chicas.
O en el mismo sentido, que somos buenos profesionistas, o buenos ingenieros, o diseñadores, o maestros, o doctores, o todas las demás ocupaciones habidas o por haber.
Necesitamos un medio por el cual nos mostremos a los demás.
Porque no todos tenemos presupuesto para publicidad en la que podamos rentar un espacio o varios, así como lo hacen los políticos, para que la gente se acostumbre a nuestra imagen y que a través de cierto hocus-pocus mercadológico nos pudiéramos hacer mas bellos y así la gente tuviera una imagen nuestra más favorable.
No, solo estamos nosotros.
Y eso era antes, pero ahora usamos LinkedIn para que lo diga por nosotros. Y no es LinkedIn realmente, somos nosotros, o más bien, los demás quien lo dicen, quienes lo reafirman, quienes nos valoran.
Y eso era antes, pero ahora usamos LinkedIn para que lo diga por nosotros. Y no es LinkedIn realmente, somos nosotros, o más bien, los demás quien lo dicen, quienes lo reafirman, quienes nos valoran.
Los demás que de alguna manera a través de las validaciones (de nuestros conocimientos y habilidades) y de las referencias (cuando trabajamos en conjunto con alguien en algún empleo o proyecto) le damos (y nos dan) forma a la reputación de la persona, porque de cierto modo le damos certeza y en algunos casos, hasta otorgamos autoridad, o mínimo, credibilidad hacia la misma persona, por leerle, por comprarle, por escucharle.
Porque Quino entendería muy bien que se necesitaba que un día hubiera un gran organismo que se dedicara a ser la plataforma correcta. Okey, pongamos que nunca se lo imaginó, pero estuvo muy cerca.
A lo que voy es que hay tanta gente que cree que LinkedIn es solo lo que se ha dicho hasta la saciedad. Una gran bolsa de trabajo en esteroides.
Hay muchísima gente que no se ha conectado y que los estamos esperando. Y quizá necesitan sólo de un pequeño empujón.
LinkedIn tiene eso, las características de ser el lugar natural, la red social obvia donde dices qué hiciste, con quién, de qué escuela vienes, de si has estado en tal trabajo o en aquél otro. Sí, guarda todo lo necesario para poder empezar a buscar trabajo u otro trabajo, o de buscar algún socio o más todavía, de buscar talentos, de conocer empresas, alianzas, etc.
Por eso no podemos quedarnos mucho con La Condición de Miguelito: Nadie se dará cuenta, especialmente quienes te interesan, de que eres un gran chico.
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Nada más como info suplementaria:
Mi nombre es Luis Eduardo García
Soy Coach LinkedIn / Evangelista de Networking / Metaconector / Escritor
Últimamente estoy haciendo cursos sobre LinkedIn, Redes y Networking en empresas y abiertos al público, pide informes en luis.garcia.2099@gmail.com
Gracias por leerme!
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