(Daré
como explicado el tema de Networking
de momento pero me reservo el derecho de volver a insistir en su importancia.)
Es
inevitable.
Los
temas de Networking están cerca. El
dónde, el cuándo, el cómo son cosa de tiempo. Las Networking Zone a la
vuelta de la esquina. O los Networking Time.
O
así como existe la Hora Feliz, habrá la ¿Hora del Networking o Networking Hour?
(Sí,
como que el español no ayuda ni su traducción directa).
Y
en este caso hablo de la red de persona a persona, sin LinkedIn de por medio.
Ahora
imaginemos el lugar.
Donde
haya personas cada quien en su tema. Laptops. Audífonos. Libretas.
Concentración. Corriente Eléctrica. Wi-fi.
Cafecito. Tiempo. Mesa disponible. Ambiente. Vivir y dejar vivir.
Puede
que falten detalles o que estos se arreglen solos en base a flexibilidad o
adaptabilidad de cada persona o sólo que comience el cool del grupo o
sencillamente que el que tenga hambre de conexión haga el primer movimiento.
Porque
él o ella sí sabe lo que puede haber detrás de cada conexión.
Una
red que explorar, una red a la que podemos servir, una red que se puede juntar
con la nuestra a partir de sólo decir, “Buenas tardes, mi nombre es… ¿el tuyo?”
Y el mágico: “¿A qué te dedicas?”.
El
tema de “¿yo me dedico a esto”, el “mira, qué bien” y el concluyente “yo estoy
en LinkedIn, si gustas conectarte conmigo, con todo gusto” en dónde se da la
real sinergia, el real conocimiento y demás, viene después.
Y
cada quien lo puede hacer distinto y cada quien decide, aún, si lo hace o no.
Porque,
nunca olvidarlo, detrás de cada persona hay una red interesante.
Las
variaciones son muchas, las formas y las maneras también, y cada persona es
distinta en su grado de timidez o reserva o conservadurismo o extroversión o
introversión.
Hay
ventajas ahí, hay desventajas también.
Porque
el mexicano es un hombre de costumbres que no se mete mucho en donde no lo
llaman por temor a que le digan algo agresivo.
Pero,
¿si hubiera la manera? o si el lugar donde se encuentra, ¿lo promoviera?
Sí,
el relacionarse es un tema de cultura. No todos saben cómo hacer Networking, no
todos entienden su importancia. Pero llegará el momento en que todo esto sea
natural en mucha gente, en que se adapte un código de conducta no intrusivo y
que en ciertos lugares uno sólo se presente, con todo el protocolo necesario.
Y
al presentarse, redundando con todo cuidado, se haga presente.
Lo
más interesante es que esto del protocolo se puede hacer más sencillo con menos
fricción con la ayuda del establecimiento o local. ¿Cómo?
Creando
su propia Networking Zone.
Inventémoslo.
Ayudémosles. A ponernos a sugerir. A demandar el espacio.
Puede
ser eso, un pequeño espacio físico (corcho, b en donde poner tu tarjeta o
folleto, junto con los demás participantes, habría que establecer la regla de
oro de “tomas una tarjeta-dejas una tuya”. Debería autorregularse, esto debería
ser voluntario.
(Claro
que el formato de tu tarjeta también debería explicar lo que haces, no solo tus
datos de contacto, si no dice cuál es tu core
business o cuál es tu discurso del elevador, no tendrás importancia y serás
una tarjeta más. Ese es otro tema.)
¿Los
lugares obvios? Los Starbucks, los
cafés, los hoteles en sus business
center, lugares donde la gente se pone a trabajar ya sean para hacer pausas,
para revisar correos, para buscar un espacio tranquilo a bajo precio.
Toda
esa gente que está con sus audífonos trabajando, codificando, contestando,
creando un correo, una propuesta, revisando una cotización.
Digo,
hay esferas de influencias más atractivas que otras, pero aun así, el tema es
contactar y contactar, sí, ya sé, no puedes ser promiscuo en esto, hay que
saber seleccionar, lo único que digo al respecto de la gente y lo que hay
dentro de su mente profesional y lo que hay dentro de su red, la única manera
de saberlo es preguntando (pero siempre respetando espacios y momentos).
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